PUBLICADO19.03.2021
Vio “La bella durmiente” y decidió que estaba destinada a ser bailarina.
Anna Pavlova, una de las bailarinas rusas más importantes, nació en San Petersburgo en 1881. Ahora su vida parece como si hubiera sido un sueño, pero trabajó muy duro para conseguirlo. En la escuela de ballet, debido a su extremada delgadez, pies arqueados y sus largos miembros la apodaban “la escoba”. Tuvo que trabajar más que ninguno e incluso ir a clases de más para mantenerse a nivel.
Sin embargo, cuando se graduó del Teatro de la Escuela (la actual Academia Vaganova), entró en el Teatro Mariinsky como corifea, saltándose la fase de cuerpo de baile. A la edad de 25, se convirtió en bailarina principal del teatro y obtuvo miles de seguidores.
En 1914, abandonó Rusia para siempre y se asentó en Londres. No obstante, continuó viajando por todo el mundo. Estuvo en Europa, América del Norte y del Sur, Japón, China, India, Australia y Nueva Zelanda. En los años 20, todo el mundo conocía su nombre y le encantaba el ballet gracias a ella.
Su firma durante las giras era “La muerte del Cisne”: dicen que la representó cerca de 4000 veces. Anna Pavlova murió a los 49 años. Sus últimas palabras fueron: “Preparad mi traje de cisne”.
Anna Pavlova, una de las bailarinas rusas más importantes, nació en San Petersburgo en 1881. Ahora su vida parece como si hubiera sido un sueño, pero trabajó muy duro para conseguirlo. En la escuela de ballet, debido a su extremada delgadez, pies arqueados y sus largos miembros la apodaban “la escoba”. Tuvo que trabajar más que ninguno e incluso ir a clases de más para mantenerse a nivel.
Sin embargo, cuando se graduó del Teatro de la Escuela (la actual Academia Vaganova), entró en el Teatro Mariinsky como corifea, saltándose la fase de cuerpo de baile. A la edad de 25, se convirtió en bailarina principal del teatro y obtuvo miles de seguidores.
En 1914, abandonó Rusia para siempre y se asentó en Londres. No obstante, continuó viajando por todo el mundo. Estuvo en Europa, América del Norte y del Sur, Japón, China, India, Australia y Nueva Zelanda. En los años 20, todo el mundo conocía su nombre y le encantaba el ballet gracias a ella.
Su firma durante las giras era “La muerte del Cisne”: dicen que la representó cerca de 4000 veces. Anna Pavlova murió a los 49 años. Sus últimas palabras fueron: “Preparad mi traje de cisne”.
